(Parte 1)
En el año 2357 se disputó la quinta edición de la final de la Copa Intergaláctica. El equipo del Social Río Seco había adquirido el derecho de disputarla al derrotar al poderoso Inter de Milán en la final Intercontinental, por un marcador de 4 a 2. Pero el fútbol del Río Seco atravesaba una difícil situación económica: después de veintiocho años de gestión, el manager Ludovico Píccoli empezaba a dar muestras de cansancio y los números ya no le cerraban. Se anunciaban dramáticos recortes presupuestarios y el plantel estaba intranquilo. A pesar de todo, la primera final se jugó en el estadio Potrero Poceado. Se rumoreaba que si el Río Seco perdía de local no se presentaría a jugar la revancha para no gastar en viajes hasta la no muy cercana galaxia X8N, donde estaba el estadio del Rndlnulvgu FC.
El partido de ida se desarrolló normalmente. Los rivales exhibían buen juego, pero demostraban un grado tal de inocencia que muy pronto el resultado ya estaba sellado. El marcador final fue 8 a 1. Este abultado resultado, a pesar de que se decía que los equisochoenenses se agrandaban de locales, mas la suma que recibiría el campeón intergaláctico (unos 618 millones de dólares) terminaron decidiendo a la Comisión Directiva a emprender el desafío de alquilar un cohete espacial, con el gasto que eso significa, para poder disputar la revancha.
Para conseguir fondos firmaron un contrato exclusivo de televisación con Canal 13 para Argentina y con ESPN para el resto del mundo. El dinero que faltaba lo recaudaron con la fabricación y venta de bufandas y gorritos con el escudo del club. Así es que fueron hasta Estados Unidos y contrataron un transbordador espacial.
Partieron de la Base Espacial Cabo Cañaveral una tarde lluviosa. El transbordador no era muy bueno: por la plata que tenían les alquilaron un servicio de una estrella, sin aire acondicionado, que se parecía mucho a la nave de Flash Gordon en su versión original de principios de 1900. Se sacudía mucho y entraba viento por varios agujeros en el fuselaje. Uno de los motores dejaba de funcionar de a ratos y las azafatas eran muy feas.
A duras penas lograron llegar hasta Marte, donde el transbordador hacía su primera parada. Comenzó a subir gente y a ocupar los asientos vacíos. El manager Píccoli fuese a quejar a los pilotos, pero éstos le respondieron que recibirían un servicio acorde al precio que habían pagado. ¡Ouch!
Hizo otras paradas en Saturno y Neptuno, y en Plutón hubo que hacer trasbordo: para que el viaje no fuese tan largo había que usar los teletransportadores que habían sido instalados en aquel planeta. Y para ahorrar costos debían entrar tres jugadores por cada transportador, lo cual resultaba bastante incómodo.
¿Lograrán nuestros héroes conseguir el histórico resultado y consagrarse campeones intergalácticos? ¿Lograrán, al menos, completar sanos y salvos la teletransportación hasta la galaxia X8N?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario